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Baricentro – Hernán Migoya

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Leo en El confidencial una entrevista-bromance entre, miro cuando voy por la mitad porque el colegueo canta soleares, Soto Ivars y Hernán Migoya. Parecen pasarselo bien y se envían de fotos con Migoya enseñando el nardo que, por suerte, pixelan en la noticia. Son jovenes (bueno) y provocadores y hacen las cosas que hacen los adolescentes en el instituto. Se lo pasan bien asustando al personal. Soto Ivars, aparte de tonto, es un poco esa gente que trata de ser incómoda porque decirte a las claras que se creen muy inteligentes les parece de mal gusto y que a duras penas consiguen ser molestos sin que al final tampoco sean especialmente avispados. Migoya pues no se, no he leído nada suyo.

Migoya se hizo popular (involuntariamente) cuando la editora (Miriam Tey) que le publicó el libro de Todas Putas fue nombrada directora del instituto de la mujer o al revés, la directora le publicó el libro. Era 2003 y eso pisó algún callo, bueno no, como todo fue utilizado y manoseado. No hubiera pasado nada si no hubiera pasado de la cochambre política que al fin y al cabo es eso, mugre y podredumbre. Pero Migoya se queja de que hubo escritories que también tomaron partido lo cual si es más preocupante. No Lucía Etxeberría claro, que es mongola por definición, pero por ejemplo si gente como Millás. Que un escritor de verdad, no Lucía tu no, confunda personaje y escritor es una cosa seria. Aunque por lo mismo tampoco sería justo juzgar los libros de Millás por el hecho de que chochee y fue hace 20 años, quiero decir, los últimos son malos por si mismos.

A lo que ibamos, al fin y al cabo Migoya venía de ese mundo, dirigió el Vibora y aquellas revistas tan coloridas que yo ojeaba a escondidas cuando iba al barbero, porque Don Manuel (en realidad era Manolo el cojo) era barbero (las revistas imagino estaban allí por alguno de sus hijos) y donde podíamos ver tetas, en dibujos, si pero tetas sin que nadie nos reprendiese. Y bueno su prosa parece que va por ahí. Imagino que si no lo he leido nunca es porque es comic y ya se que es un prejuicio idiota y tal vez trasnochado, pero siempre que leo comic pienso que estaria muy bien para alguien 10 años más joven. Por ejemplo hace no mucho leí el de Alfonso Zapico sobre Joyce y pensé que me hubiera gustado haberlo leído en el instituto y ni siquiera en COU, que seguro que hay muchos comics que adultos y tal, pero no, a mi siempre que lo he intentado me han sabido a poco y me han dejado a medias.
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Como fuese Migoya se «autoexilió» en el Perú, como si el populacho en general fuese a lincharle por un libro, donde dice que encontró una sociedad que tiene mucho menos y comparte más. Nosotros a cambio nos quedamos a Vargas Llosa, lo que, ya sin contar con perder a Migoya, parece mal cambio. El caso es que me pongo con Baricentro, que es un libro autobiográfico y que en circunstancias normales es un error porque no es lo mejor que hay que hacer para leer a nadie, comenzar por sus mierdas personales. Pero como el resto es comic y/o zombies y tripas y a mi ni el comic ni su universo me van, pues que hacemos.

Baricentro es el nombre del centro comercial de Barberá del Vallés, uno de esos guettos periféricos donde el Pujolismo recluyó a la población emigrante, entonces andaluces, extremeños, aragoneses o asturianos, hoy sudamerianos y norteafricanos, y donde los dejaba cocinar en su jugo mientras mantenían fábricas, cafeterías y demás tripas del sistema funcionando. Migoya nos confiesa que uno de los descubrimientos de su infancia fue tener un compañero de escuela catalan, para que entendamos el tema integración en los 80, capaz de hablar catalan.

De ahi dice Migoya, se salía (si no se acababa en la droga como el torete) afiliado a ERC o apatrida perdido, que es lo que le sucedió a él. Supongo que como relato de charnego no difiere mucho de lo que pueden haber sido la vida de Estopa o Jordi Evole o tantos otros. Unos terminaron votando al proces y los que tuvieran alguna luz funcionando renegando de un sistema donde siempre fueron parias, ciudadanos b, un mal necesario.

Por lo demás nos encontramos el padre (en este caso de León) típico de la generación EGB, el tio que hacía sus horas en el trabajo y volvia a casa pasando o no por el bar donde, sobra decirse, no hacía nada salvo los ocasionales trabajos manuales y que con suerte sabía el nombre y edad de los retoños y la madre sirviente que hacía todo lo demás desde llevar la casa a cuidar los críos. Migoya se relata como un niño con cierta introversión, salvo con los colegas de su barrio, problemas con las mujeres y querencia al libro, también fruto de llevarse varios años con el hermano y criarse un poco a su bola. Nos cuenta que la gente de antes tenía dificultades para expresar eso de los sentimientos y en general nos va dando cuenta, a través de relatos cortos, de retazos de memoria que a el le parecen relevantes o significantes a la hora de definir su edad adulta.

Poco o nada encuentro significativamente valioso, diferencial o reseñable, son los mismos tópicos que hemos leido bastantes veces a gente de esa generación. Podría sentir alguna afinidad por la adicción lectora, pero el era de leerse los 100 tomos que hubiese de El Coyote y a mi eso siempre me ha aburrido soberanamente, puede que ambos seamos adictos, si, pero uno al caballo y otro a la cocaina, todos los adictos comparten adicción, cierto, pero no a lo mismo. Aun asi ni me cae bien ni mal. Se le ve cierta querencia a la provocación y bronca publica, pero más como modo de desquite por haber sido criado como un ciudadano de segunda sin ningún tipo de posibilidad de promoción en un sistema de castas impermeables que por naturaleza. Supongo que en eso hubiesemos sido parecidos.

Narrativamente y tal, pues no es una obra primorosa, ni de orfebrería ni nada virtuosa. Para bien y para mal (bueno, sus lectores tampoco esperarán otra cosa) es algo ligero. Se lee bien, se sigue, se deja pero por otro lado, cuesta encontrarle el tema diferencial al asunto asi que se queda en algo aceptable si uno es seguidor y pasable si no se espera gran cosa.

Written by Anónimo

junio 13, 2023 a 1:32 pm

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