No se si me explico – Carlos Boyero

Para la generación que me precede eso de sacar un libro era cosa seria, fuese novela o fuese biografía, libros sacaba gente que tenía algo que contar o que estaba en una posición suficiente para hacerlo. Un libro era algo con cierto valor, más allá del objeto en si, marcaba cierto estatus. Ese respeto reverencial lo heredamos muchos (junto a otras muchas cosas), son mierdas que te inculcan de las que luego cuesta desprenderse aunque se evidencien idiotas en los tiempos actuales. Hoy para bien o mal un libro lo escribe cualquiera, y lo que es peor, para contar una puta mierda, hay que aceptar las cosas como son y son de esa manera.

Pero aunque sepamos la teoría es imposible leer con cierto estupor cosas como este libro surgido a rebufo del documental sobre el protagonista y que, deduzco, debe haber tenido la suficiente aceptación como para que la idea del libro prosperara.

El principal problema que le encuentro por saltar a la conclusión es que no añade sustancialmente nada en absoluto al citado documental ni tampoco a la figura de Boyero. No le encuentro ningún interés añadido en cuanto al contenido, porque cuenta mós o menos lo mismo de siempre, si además uno ha seguido, aunque sea tangencialmente al Boyero columnista, las sorpresas se reducen a menos que cero. Se trata de Boyero hablando, volveremos a eso, sobre sus temas habituales, cine, infancia, amigos, códigos, festivales, drogas y Almodovar. El menú de siempre sin el toque de patetismo (muy humanizador) que provocaba ver a un señor mayor perdido en la maraña de la modernidad y que justificaba el documental. En el libro Boyero es Boyero y nos cuenta, otra vez, todo lo que ya ha contado suficientes ocasiones Boyero sobre los temas de Boyero sin ningún valor añadido.

La estructura es simple, un amigo, Borja Hermoso, hace la introducción y nos cuenta que hay un Carlos y un Boyero, que no siempre se llevan bien. Eso es algo, al menos, la gente que tienen un personaje publico intensito que se llevan a casa tienen un nombre, cretinos. Su amigo nos dice que Boyero no siempre es un cretino. Gracias Borja.

Volvamos al tema de la forma, que podia ser que Boyero no tuviese mucho que añadir pero dejase cierto ejercicio estilistico, que aprovechase para explicarse mejor, para hacer cierta reflexión o para descubrirse estableciendo conexiones nuevas. Por desgracia si el esfuerzo en cuanto a contenido es bajo, en forma es aún menor, y no pasa de ser transcripciones de Boyero hablando, cosa que puede haberle servido para publicar columnas, al menos el confiesa que lo hizo así cuando no estaba en estado de dar a la tecla o pillar la pluma, pero en un libro queda como muy tieso. El lenguaje no solo es coloquial, sino que se divaga, se salta de tema y entran interjecciones propias del habla oral tipo, ¿por donde iba?, ¿que estaba contando? ah si, lo de no se que, han grabado a Boyero contando su vida y lo han transcrito a capón con cuatro correcciones, tal cual.

Y Boyero puede tener cierta gracia, pero no es tan gracioso, ni único, ni singular, es un tio que se ha desenvuelto con el desahogo de los hijos únicos y que tuvo suerte de caer en Madrid en unos años y con unos amigos que le permitirían ganarse la vida viviendo bien y sin hacer gran cosa fiandolo todo un poco a la pose. Un poco antes o despues el tio habría acabado de funcionario en correos amargandole la vida al personal hasta que le hubiesen dado la baja para dejar de dar por culo pero hoy me cuesta pensar que hubiese destacado.

Asi que de acuerdo, esto es material para sus fans, pero coño, les estas cobrando casi 20 euros por las transcripciones de un tipo hablando de cosas que ha contado cientos de veces, anécdotas y batallas bastantes veces amortizadas y alguna que tampoco fue gran cosa ni en origen. No se, que quieren que les diga, a mi me parece un timo. Lo siento me parece algo de mal gusto que ni siquiera hayan hecho un esfuerzo mínimo para justificar el tramite y hubieran matizado, profundizado, reflexionado o añadido algo que maquillase un poco que esto lo han facturado a toda pastilla y con ninguna gana para aprovechar la coyuntura.

Pablemos tenía razón

Resulta que Boyero saca libro y lo promociona estos días en sitios afines, en el caso que leo, el Español de su amado-odiado Pedro J. De sus declaraciones destaca el periódico una sobre Podemos, no es que Boyero sea conocido precisamente por su propensión a significarse politicamente, pero es lo que El Español considera importante que, inferimos, es lo que vende entre su parroquia. Aunque Podemos esté sepultado sigue siendo un buen gancho para generar clicks y hacer gotear el colmillo de una buena porción de gente. Eso es lo que debemos interpretar, aún muerto Podemos los pone palotes. De que saque libro pues que decir.

Dice Boyero que simpatizó con el Podemos primigenio, y que incluso estuvo a punto de votarles, pero que menos mal que no, como si hacerlo hubiese sido una mancha imposible de quitar. Parece un poco esos fans de una serie que en la temporada 2 son capaces de recitarte la lista de 20 nombres de la genealogía inventada de los Targaryen, pero que tras el fiasco de las ultimas temporadas reniegan y hablan de la serie que ocupaba su mente como aquella serie de los dragones que seguían así por encima, como si les avergonzara que los hubiesen timado, cuando lo único que sucedió fue que los creadores fueron incapaces de mantener un nivel digno en el cierre de la ficción cosa bastante común en las series. Es una verguenza un tanto extraña, a la par de extendida. Tranquilos, no pasa nada, no es culpa vuestra amigos, las ficciones se disfrutan hasta que dejan de ser disfrutables, no hay que arrepentirse de los buenos ratos si la cosa se tuerce y no culmina como esperabamos.

Pero volviendo con este renegar de Podemos tan popular poco podemos añadir a su parte de culpa, Podemos comenzó siendo una cosa y terminó, o deambula, siendo otra, eso es poco discutible a estas alturas, hay consenso, y en gran medida ellos tienen buena parte de la responsabilidad. Ahora, para quienes se averguenzan de haberles dado su apoyo aunque no llegase a materializar en las urnas hay que aliviarles la pena, no pasa, no hicisteis nada malo, gran parte de la necesidad de Podemos como partido y su discurso son plenamente vigentes y muchas de las «idas de olla» de Pablemos no eran tales, sino que se han demostrado ciertas. Atendiendo al panorama diría que un Podemos es más pertinente que nunca. Otra cosa es que la articulación de esto como partido fuese algo cochambrosa y que sucumbieran a impericia y personalismos varios, pero eso es otro asunto.

Veamos, hablaba Pablemos de la prensa. Basta darse una vuelta por las rotativas (ejem) para darse cuenta de lo apestoso del asunto. Cada medio informa de (u omite) lo que que quiere, y lo que quiere viene condicionado o dado por quien paga la fiesta, ni más ni menos. Todos los medios y gacetillas que predican el credo liberan (snif) están vivos y cuadran sus cuentas con dinero público que no justifican sus audiencias. Desde los más mamporreros, Negres, Indas hasta los que van más de dignos, The Objetive: Toda esta gente vive de la mamandurria patrocinada por el PP y solo deben su supervivencia a que sirven de plataforma de difusión del PP (pagada con el dinero de todos). Lo asumimos como normal porque nos hemos criado con eso, pero no lo es.

Otro asunto que ocupó a Pablemos fue el ahora llamado lawfare, que consiste en, te voy a freir a demandas basadas en pruebas más cutres que un disfraz de Seya en un carnaval de pueblo, pero que me va a permitir usar a los periódicos que pago con dinero de todos publicar noticias contra un partido a la par que amargarte la existencia en juzgados. Podemos resultó exonerado de irregularidades en la financiación, varios miembros de norte a sur han terminado siendo declarados inocentes, eso si, tras follarse sus carreras políticas con la colaboración de todo el peso mediático, desde Oltra a Rosell pasando por Alberto Rodriguez. Podemos ha sido machacado por la maquinaria legal sin que haya habido grandes consecuencias. El mensaje es bastante desvastador para navegantes al caer, os podemos joder la vida con impunidad. Y lo hicieron (en el caso de Oltra, hasta gente tan «venerable» como Savater se despacharon a gusto sobre su aspecto físico, si, ese Savater).

Aqui entra la judicatura. No hay jueces que prevariquen, ni condicionados, ni a sueldo de ningún interés, eran paranoias de Pablemos. Aunque mira por donde, al que le amargó la vida a Rosell lo terminaron castigando y a ella no, pero a la mayoría de los que prevaricaron contra Podemos la realidad monda y lironda es que no les sucedió nada, siguen con sus vidas. Y peor, con sus carreras.

Y con este panorama sería muy jodido estar en desacuerdo sobre lo que decía Pablemos acerca de la democracia en españa, no, por ratono que sea o ridículo que nos parezca por haber terminado gestionando una tasca, no se puede catalogar como idílica, tanto dan cuantos informes hagan diversos organismos patateros. En un momento determinado un partido con bastante respaldo puede sufrir el bullying del establishment, la persecución judicial, el castigo de una prensa vendida, y la indiferencia del ciudadano. Se ponga como se ponga quien se ponga, esto es asi.

Y finiquitado el proyecto, insisto, por presión externa y errores (gruesos) propios, encontramos que las reivindicaciones de Podemos siguen mas o menos tan vigentes como el primer día. Ha bastado que ellos (y otras alternativas menos claras) desapareciesen para que esto vuelva a ser el lodazal de siempre, con sus Koldos, sus Ayusos y su puta madre.

Asi que amigo Boyero por contraproducente y autolesiva que resultase la gestión personalista de Podemos, igual de lo que tiene que avergonzarse uno es de no haberles apoyado o de haber asistido como mudo testigo al linchamiento al tiempo que las alternativas tradicionales, manifiestamente peores han ido rearmandose. La verguenza no es haber estado tentado de votar a Podemos, sino que el PP gobierne en media españa y que todo siga siendo el lodazal que siempre fue.