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La crisis del periodismo (again and again)

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Hablemos de Público. Público, pese a ser un periódico por el que en principio debería sentir cierta afinidad ideológica, me parece uno de los peores periódicos que he leído en mi vida. Es previsible hasta la nausea. Manipula, se repite, es tendencioso y lo que es peor, tiene la edad mental de un adolescente (leer Público es muchas veces como aguantar un sermón de ese sobrino veinteañero borracho).

El 80 por ciento de Público es opinión, pero de opinión de la mala, uniforme, unidireccional, unitematica, proselitista. Publico no informa, alecciona, o trata de hacerlo burdamente. Publico como digo es tan previsible que tampoco falta ni abrirlo para saber de que hablara y en que términos y aún peor, a la hora de la verdad, tiró tanto de ERE como el primero a la hora de aligerar plantel.

Hablo de Público después de leer que el número de cabeceras digitales (todo es digital) abiertas en los últimos años ronda los 200, público es poco más que un diario amateur o de instituto crecido o venido a más. Claramente asistimos a un intento de los periodistas por labrarse su camino fuera de las cabeceras tradicionales, e intuimos que de estos 200 pocos, menos que los dedo de la mano, tienen visos de tener alguna posibilidad de sobrevivir: abarcarlos o todos o a gran parte es tarea imposible aún cuando el internauta medio recorre más prensa que nunca.

Cuando hace unos años alguien se compraba varios diarios todos los días o era periodista, político o estaba algo chalado. Los periódicos ya eran algo predecible en cuanto a contenido y forma y leerlos a diario solo servía para constatar. Hoy la rutina de pasear por gran parte de la prensa nacional (y alguno internacional) es algo habitual, no solo para periodistas o gente que trabaje en medios, sino del internauta general.

Si pudiéramos contar el numero de visitas, posiblemente encontraríamos que es el momento de la historia cuando más prensa se consume y cuanto menos ingresa esta, cuando peor periodismo (atendiendo a los medios disponibles) se hace también. Esta difusión también ayuda a explicar porque la mala calidad de la prensa ha saltado de sus dominios naturales a ser algo de dominio mas o menos publico aunque no digo que dicho debate no genere cierto hastío.
La razón principal entre otras muchas de la mala calidad reside en la sustitución de criterios periodísticos por meramente económicos en la gestión de los periódicos. Cierto que han habido cambios sociales como los anteriormente señalados, pero pondría a ese cambio en el paradigma como el de mayor importancia.

Cuando un periódico deja de tener como misión principal informar, para tener que generar dinero, todo lo demás viene rodado. Se ahorra en corresponsales, caros y a veces portadores de noticias incomodas. Se ahorra en periodistas de calle y se tira de agencia, se aumenta la opinión, siempre más sencilla, barata y dirigible. Se omiten noticias incomodas sobre otras empresas del grupo, o anunciantes. Se omiten noticias entre las que no le guste estar al anunciante de turno. Se promocionan sin vergüenza los productos de la marca, las películas que compra el canal de televisión afín, las series que emite. Podríamos seguir así, pero con ir a cualquier periódico encontraremos ejemplos que sustentan este principio. Cuando cambias la lógica de la prensa, la prensa deja de ser un poder, y en pruridad, deja de ser prensa, pasa a ser otro producto de entretenimiento más. Desde otro paradigma, todos los males actuales tienen una explicación simple. El objetivo ya no es informar, es ganar dinero contando noticias de paso.

El panorama no tiene visos de cambiar, al revés, con la crisis la maquina de hacer dinero se tiene que afinar, y afinar significa eliminar más gasto «superfluo», aunque dicho gasto sea eliminar a gente con varias décadas de periodismo encima para sustituirlos con becarios (a ser posible, que además te paguen el master que impartes), por eso que es una pena que Público (por decir uno) sean tan malos. La alternativa podrían ser los periódicos nuevos, o que estén fuera de estos bloques, pero si bien un periódico grande puede decidir no cubrir cierto conflicto por caro, un periódico de nueva creación posiblemente no llegue ni a tener que decidirlo y si no se puede competir en medios al menos se debería en en vocación de pluralidad o higiene mental, que es más barata.

Pero no es así, y es una lastima. Solo por este tipo de cabeceras puede entrar la alternativa (no creo en la renovación) o dicho de otra manera, puede volver el periodismo en su función original, así que me temo que continuaremos asistiendo con cara de aburrimiento a las públicas pajillas mentales de periodistas y medios conscientes de que todo tiene que cambiar pero sin intención de dar un paso, algo que se está convirtiendo un cansino género psicoanalítico en si mismo.

Written by Anónimo

agosto 27, 2013 a 9:46 pm

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