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De aquellos barros

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El prologo de la serie documental, Untold History of USA de Oliver Stone es elocuente, podría hacer películas con esto, dice, pero me suda el rabo, tengo mucho que decir como para andar con películas. Una declaración de intenciones en toda regla. Stone, que en algun caso coquetea con la figura patria del Pedro J., al menos no patina mucho, se limita a enunciar hechos históricos conocidos y probados poniendo el foco dónde le interesa, o alejándolo de donde más favorece a EEUU a ojos de la historia en un intento algo fútil de que la historia no sea la que escriban los vencedores.

Con Hitler ya sentenciado pero aún vivo y coleando (imaginamos que a Eva) los aliados comienzan a establecer posiciones para repartirse el botín, que es lo mismo que repartirse el mundo de nuevo. Francia y Uk (también Holanda) abogan por la vuelta a la situación anterior, mis colonias son mías y en ellas hago lo que me place con ellas. EEUU sin embargo exige cierta compensación por su participación, pero para no ser tan prosaico, tira de eso tan manido que son los derechos humanos, y acusa a las tradicionales metrópolis de algo sabido y evidente, allá dónde están no han llevado más que rapiña y subdesarrollo. UK, Francia, Holanda han encontrado en el colonialismo un perfecto sistema de semiesclavitud, materias primas baratas a cambio de nada. EEUU advierte que dicha situación tendrá que cambiar, pese a que ellos mismos practican y practicaran algo similar de manera encubierta en America Latina.

Sabemos como termina la historia, y entre unos de los efectos de la victoria está la creación de la ONU en 1945. Un par de décadas después (con un genocidio en toda regla por parte del UK en Kenia, dónde en torno a 300.000 personas fueron ejecutadas ya que en sus palabras, no eran aptos ni para trabajar ni para ser enseñados y que pasaría sin castigo para la historia), la ONU recuperará estas ideas progresistas insta a las antiguas metrópolis a terminar con el sistema colonialista. Gibraltar incluido.


Esta claro que las resoluciones de la ONU se las pasó el Reino Unido por donde quiso, la ONU rara vez sirve de poco más que una simple declaración de intenciones, pero la descolonización gibraltareña es más que una pataleta o aspiración cañi. Es algo que cuenta con reconocimiento internacional. El subterfugio posterior del Reino Unido fue subordinar todo a una consulta soberanista, pero el tratado de Utrech indica que en caso de renunciar a la soberanía el territorio de Gibraltar volvería a soberanía española, y en segundo termino, si los habitantes los has puesto tu, ¿a quien van a votar? Parece claro.

La cuestión de Gibraltar por tanto permanece como un fleco anacrónico, sin la importancia estratégica de otras épocas, sigue siendo el punto de entrada al mediterráneo, pero lo que es más importante y a veces se obvia, es un sitio sin ley (o muy laxa) dónde se lava dinero, se práctica el contrabando y se atenta contra la naturaleza sin demasiado remilgo amparados en un vacío legal que la UE no debe permitir.

Una vez tenemos esto claro, hay que decir que España, como nación, debe defender sus intereses territoriales, esté en el gobierno PP, Psoe, o la familia Aragón, puesto que son comunes y nos afectan como afectan ahora a los pescadores, o pueden afectar en un futuro cercano las consecuencias de un posible vertido. Defender que España vele por sus intereses, comunes a todos, no es facha, ni de derechas, ni supone haber caído presa del maléfico sonajero de Rajoy que sigue siendo un chorizo que eventualmente tendrá que responder por sus actuaciones. La defensa de los intereses de España, sin hacer de ello patriotismo barato, es simple sentido común.

Written by Anónimo

agosto 27, 2013 a 9:53 pm

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