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Las despedidas – Jacobo Bergareche

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Me habían recomendado otro libro de Jacobo Bergareche, Los días perfectos, pero el que encontré primero fue este de Las despedidas que parecía corto y eso da menos fatiga. Lo primero que pienso es que tal vez la novela corta sea un poco el futuro de la literatura en estos tiempos de distracciones por todos los lados. Los relatos o cuentos cortos me pueden gustar en una proporción baja, por uno redondo, nueve me parecen bastante gñe y los libros largos, bueno, rara vez esta justificado, aunque la literatura española reciente rara vez se atreve con mas de 300 páginas, generalmente para bien.

El protagonista, Diego, es un caye que prepara la fiesta de inauguración de una casita que se han comprado en Mallorca, todos quienes hayan pasado por ese trance conocen bien el estres que implica. Diego, nos cuenta Jacobo, tiene una crisis de la mediana edad de agarrate y no te menees, su mujer, Claudia, es imbécil y no le entiende (snif) aunque tal vez esa conjetura sea algo atrevida habida cuenta de que apenas tiene tres frases aunque ciertamente en ninguna se la pinta muy comprensiva, pero insisto, tienen mucho estres encima esa gente con la fiesta, puede que Claudia esté nerviosa también ahí ya no me meto. Lo que le fastidia a Diego es que llevan meses sin fucar, desde un viaje a Londrés y eso pues ya es otra cosa, hay que mantener la llama del amor encendida por dios, que luego se nos enfrían las relaciones.

Por supuesto esta bien que las novelas vuelvan a sus orígenes y vuelvan a retratar las miserias de la gente bien y sus cuitas, esa democratización y enfoque en gente pauper o de clase media es muy del siglo pasado. Si algo estamos viendo en Ferraz es que los Cayes tienen derechos, y preocupaciones, pero también derechos maldita sea, a preocuparse por su españita y a tener cuitas vitales, como la gente normal y pueden ser protas de novelas, faltaría más.

Tomando un café en el puerto surge la excusa de la novela, y es que reconoce en una mujer algo ajada, maltratada por los años, a un ligue que conoció en una edición del Burning Festival. En realidad lo que hicieron durante todo el festival es chingar como conejos, después nos contará que es incapaz, Diego, de identificar los grandes éxitos de Pink Floyd, por lo que podríamos aventurar que él fue alli a eso, a follar y que su interés melómano es limitado. El caso es que le sorprendió que de buenas a primeras le dejase entrar sin mayor protección y dejarle alli su semilla, pero como eran otros tiempos y ella parecía un poco hippie todo bien, era una fresca de festival.

Ahora, nos dice Diego, parecía que los años le habían atropellado, pero, nos dice Jacobo, años de perro, que son como 7 humanos. Por ponerme un poco imbécil decirle a Jacobo que estudios cientfíficos desmontan esa cuenta de la vieja para todos los canes, al parecer hay diferencia entre perrinos chicos y grandes, no importa mucho, es una impertinencia tal vez, pero ahí lo dejo. Por su parte él afirma cocqueto que se afeita porque le sale barba de santa (blanca), y eso envejece, pero suponemos que aparte de eso y grasa abdominal bien. Sin barba, dice, no me ha reconocido. En cualquier caso no parece muy amable ver a una chavala que te fucaste hace tiempo y contarnos que está hecha un trapo (y tu no).

No le dice nada por una mezcla de sopresa y falta de atrevimiento, pero le da la comezón claro. Muchos seres humanos del género másculino consideran que siempre hay oportunidad de volver al lugar donde uno fue feliz alguna vez, de mojar de nuevo el pincelillo allá donde una vez estuvo vaya, por lo que intuimos que Diego, que ya nos ha dicho que tiene los depósitos cargados porque no ejercen el matrimonio, la buscará por el puerto. No lo menciona de manera explícita, pero subyace la intención de volvérsela a follar por muchos años que lleve encima. Mientras tanto y para darle un poco de cuerpo al romance y el relato mismo nos cuenta la historia de un primo tarado que se suicidó y cuyo duelo la susodicha le ayudó a procesar entre lsd y zumba en el festival.

Como stalker cayetano, los cayes también stalkean, descubre que la mujer reside en un barco con un crio. Diego hecha cuentas y bueno, recaba que tiene rasgos físicos comunes a su familia y uy uy uy uy, algo que el lector ve a la primera frase a Diego le cuesta, hay muchas cosas que a Diego se le escapan. Habla con él que le parece menos cretino que sus hijos oficiales y después finalmente con su mujer, que es americana y para que lo sepamos intercala un castellano normativo con palabras en inglés, baby, y cosas asi aunque Jacobo reside en Londrés y podía haberse estirado un poco con eso del lenguage.

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Alli se ponen al día y Amy, la mujer, efectivamente le confirma que es su hijo pero él no es padre, sino donante, que esa fue la razón de que fuese tan fresca, quería un donante sanote con pinta pujilis. Implantar el tema puestos de todo que igual no es lo más recomendable si no quieres tener un hijo votando a vox, pero bueno, que nunca le ha buscado ni le interesa, ella quería ser madre soltera. Eso le sienta un poco regulín a Diego, más sabiendo que la mujer no esta mal solo por la mala vida o la vida errante del hippioso, dos o tres veces le repite que solo es padre biológico y que se olvide de más, pero aqui encontramos un matiz interesante, le hacía gracia saber que la tipa se dejó a pelo que da más gustirrinin, pero cuando se enteró que la pájara quería su grumo ya se sintió sucio y utilizado y no le pareció tan divertido, cosas de la psique masculína.

y ya.

Eso es un poco la novela. Es una propuesta breve, concisa, contenida, escueta, sencilla, humilde, modesta si, todo eso se le puede aplicar. Por desgracia también tópica, manida, carente de cualquier propósito de originalidad, ambición o sustrato, es una de las fantasías recurrentes del ser humano, y si me hubiese ido con esta y no con la otra, o con este y no con el otro,¿ y si preñe a la Margarita en la romería en aquellos tiempos locos y su zagal el Germán lleva mi carga genética? Ya sé ahora mismo todo vale, pero a mi me sorprende que tu le presentes esta simpleza a alguién y te diga, adelante Jacobo, vamos con todo en lugar de un ay Jacobo que te adobo. No sé, es que no me parece que tenga nada ni remotamente similiar a algo meritorio o digno se ser recordado, todo transcurre por el tópico y lo común, es un relato isi, que era una sección del Pronto, que hubiera sucedido si, con la que yo cogía velocidad en clases de mecanografía de muchacho en aquellas vetustas olivetti toda vez acabados los cuentos (era la página con menos fotos), qué hubiese sucedido si hubiese escuchado a mi madre y no me hubiera ido con el macarra del barrio, y si no hubiese dicho que se al porrillo que me ofreció el quinqui del bloque.

Salvo esa ausencia total de interés o propósito de originalidad nada rechina, esta escrita correctamente, la dosis sensiblera está ajustada, solo que aparte de un relato del Pronto de los que los redactores se apañaban para inventarse un por semana engordado poco más le veo, que no es que pida uno una broma infinita todos los años, pero esta propuesta es tan poco que casi asusta.

Written by Anónimo

noviembre 29, 2023 at 1:20 pm