Fabula del nazi wanabe y el comediante sin gracia.

Como el asunto ya tiene un par de día y apesta, Soto Ivars le ha dedicado un artículo y ellos han hecho las paces o se han hecho disculpas, abordar la guasca que un retrasado con infulas nazis le arreó a un retrasado con infulas de comediante cuesta.

Sin embargo es interesante desde el punto de vista de radiografiar una sociedad polarizada. Vale, no hará falta un master degree en sociología. No es un asunto sutil. El asunto en las redes se dirimió de un tajo, de un lado los defensores del cómico Caravaca, y del otro, claro, del protonazi. Aqui no hay claroscuros. Por cierto, un examen de comprensión lectora en españa hoy día lo pasan cuatro, que no lo haga el tonto este mira, pero medio twitter pues tampoco.

Por comenzar por el pujitonto lo que hay que decir es que de un tio que presume de filonacista poco se puede esperar. Avisó de sus intenciones, se plantó en el escenario, algo comprensible habida cuenta de que se actua en bares con la seguridad justa, pero, esto ya más mosqueante, le dio tiempo a desenrollar un pergamino (no son de memorizar) antes de soltar el discurso Iñigo Montoya y agredir. Nadie osó moverse. La cosa fue bien por cuanto no dejó de ser una torta algo maricona, dicho sea desde el mayor de los respetos, una toña más humillante que dañina. Ojo, que hubiera pasado si el tio hubiese estado loco del todo o no fuese consciente de que le grababan, algo que parece estamos en camino de ver. Ese día como decía mi abuelo nos acordaremos.

Pero como digo es como la fabula del escorpión y la rana, es un tio con lo justo para no cagarse encima en el día a día, que posiblemente repitió la primaria y que firma con el pulgar. Hizo lo que se esperaba de su condición. No se le pueden pedir peras al olmo, ni esperar que la vaca en lugar de leche de vino.

Sin embargo está lo del cómico que no encuentro disculpable de ningún modo. No, no se trata de justificar o atenuar la agresión, que es la respuesta natural de un tarugo (había gente que pedía proporcionalidad, no se en que patio de escuela se han criado, tu podias esperar proporcionalidad de un colega de clase, no de un tipo que habia repetido 3 años y que aprovechaba el recreo para atracar las mochilas, que proporcionalidad vas a esperar de pugilato martinez).

Se trata de decir, no está bien pegar como respuesta a una provocación, y no está bien tampoco provocar. Menos utilizando a crios como vehículos. Las dos cosas son compatibles, no hay que tomar partido por todo amigos. Una es peor que la otra, sin duda, y ninguna es disculpable. No es tan complicado de comprender. No hay que defender una postura para no dar la razón a la otra, se puede, y debe en este caso, censurar ambas dentro de la entidad de cada una.

Por entrar en harina y viendo el tuit de la discordia yo encuentro varios problemas. El primero es que ya había hecho la gracia varias veces, exactamente la misma. Eso no dice mucho de tu ingenio. El segundo es que tampoco tiene puta gracia, ni trabajo, ni esfuerzo, ni subtexto, ni creatividad alguna, la gracieta original venía a decir, aunque tu seas aspirante a nazi tu hijo igual come rabos de negro obrero de mayor.

Decir eso no supone ningún de esfuerzo intelectual, y por otro lado, es algo obvio, igual hace eso, o no, o come lo que le de la gana. La sexualidad del crio no la va a condicionar la tara del padre, saldrá por donde salga el muchacho, y lo que es importante, no le importa una mierda a nadie, no es elegante usar a menores para meterse con los progenitores.

Buscar el humor en ese tuit, y otros del autor resulta complicado. No se trata de los manidos límites del humor lo que no domina… es que el humor a secas parece resistírsele, que vale, no hablamos de Larry David, pero oye, si te dedicas a eso pues se espera algo de elaboración, de intención, de esfuerzo. Luego puede funcionar o no, pero oye, que se vea trabajo. Ahi no había nada de eso, y no, que tu seas comediante no hace que todo lo que sale por tu boca sea gracioso o lleve un marchamo artístico que lo disculpe. Por ejemplo otro del autor que venía a decir que el aborto de Ayuso se debía a que a ver quien la aguanta nueve meses es un chiste de mal gusto. Pésimo de hecho. Sin embargo si que tiene cierta gracia, haces hincapié en lo insoportable de Ayuso de manera indirecta. Decir que aunque tu seas nazi igual tu hijo come pollas negras proletarias de mayor o que aunque seas nazi tu hermana igual es puta solo es provocar de manera gruesa y, salvo que medie cierto historial, gratuíta que no ampara que luego digas, eh, que es que soy bufón y me hace gracia decir polla.

Aqui llegamos al meollo un poco, ir a decirle a alguien, tú seras racista, pero a tu hijo igual dentro de un tiempo se lo enhebra un negro ¿entra dentro de la libertad de expresión? Ciertamente si, pero que tengas libertad de decirlo no quiere decir que tengas derecho a ello. Ni necesidad. Pero si vas a insultar pues di que el tal pugilato es una mierda humana, que la ideologia que le fascina es una puta basura o que para un nazi de verdad él es un insecto a exterminar. Todo eso está dentro de lo cierto, al fin y al cabo no son verdades muy trabajadas, ni complicadas de intuir, pero no me vengas con que es comedia, ni metas a menores. Se honesto y di, estoy llamando mierda humana a una mierda humana porque me sale del higo y punto pelota, no me voy a escudar en que soy titiritero y no me importa afrontar las posibles consecuencias legales.

El segundo nudo que encuentro es que vale, como hemos dicho el nazi es un subser bastante despreciable, hace cosas peores que insultar, es una lacra para la sociedad, es una construcción humana bastante penosa, posiblemente su padre era mongolo, su madre y tia de manera simultanea fumaba durante el embarazo y su papel dentro de un entramado social desarrollado es prescindible. ¿Pero eso hace justificable que uno le insulte?

Aqui la respuesta es bastante contundente. Que el tio sea escoria humana no te faculta para insultar sin venir a cuento. Porque, aqui mi razonamiento, lo principal del asunto es que tú no quieres ser como él. Tú no quieres reirte del personal sin motivo, ni agredir, ni acosar, ni ofender por más que el tal pugilato sea una criatura vil y rastrera y sus creencias una puta basura.

Porque al final de lo único de lo que se trata es de NO ser como ellos.