Lo que más me gusta es salir corriendo

Blog trepidante

Posts Tagged ‘Tia buena Olmos

Tia buena – Alberto Olmos

leave a comment »

Uno de los pequeños dramas de un creador es que puede tener los conocimientos, la técnica y el gusto adecuados pero a la hora de la verdad, que lo que le salga sea poco distinguible de la miasma general y en consecuencia no destaque gran cosa, quiero decir si eres malo pues eres malo, que no saques nada decente es normal, los salones culturales de pueblos y barrios estan llenos de eventos con libros y autores asi, genéricos, pero ser capaz de darte cuenta de que pese a tener los ingredientes no das con la receta debe escocer lo suyo.

La obra de ficción de Olmos sufre un poco de eso, si está bien escrita, si, sabemos que tiene buen criterio, a veces gusto literario, pero no acaba de destacar. Su éxito como novelista, aparte de un buen inicio (finalista de un Herralde con Bolaños creo) poco hay que rescatar, y su repercusión suele ser mayormente discreta, incluso ahora que es conocido y tiene su base de seguidores. Peor, es merecidamente discreta. Estaría por ver quien es ahora mismo un buen novelista, y si los nombres que arroja esa categoría no nos produciría espanto, que yo digo que si, pero eso es otra historia.

Sin embargo el tema columnas se le dió bien, a partir de la crítica literaria la columna de no ficción ha tenido mayor reconocimiento, en algún punto sin duda se hizo la pregunta de porque no darle a la no ficción pero en formato grande. De ahi surgen su obra más reciente como Irene y el aire, dedicado a la paternidad, o Vidas baratas, elogio de lo cutre, que, puestos en conjunto con su obra de ficción, nos da un cuadro, por llamarlo de alguna manera, pintoresco donde es complicado encontrar el patrón, ficción un poco del a granel y ensayista de cosas obvias, o mundanas, o que se yo.

La última entrega de esta obra de no ficción viene a ser Tia buena, que viene con la aclaración de «una investigación filosófica», por darle un poco de pisto al asunto. Pasamos lo de la investigación, pero filosófica, por mucho que manoseemos el término, pues como que no. Citará a Socrates, pero no cuela.

A priori a mi Tia buena me parece, de las posibles categorías donde podemos encuadrar a las mujeres (en hombres sería tio bueno), una de las menos controvertidas y abierta a interpretaciones. Una tía buena es una tía buena. Lo ha sido desde el instituto, y posiblemente antes. Recuerdo una vez en octavo de EGB, 12 o 13 años en una excursión hablabamos con el profesor de ciencias sobre cuales eran nuestras compañeras más atractivas y este nos dijo (era un chaval joven sin ningún tipo de intención oscura) con precisión matemática cuales serían las tias buenas de la clase cuando pasasen unos años al instituto. Una tía buena es algo rotundo, evidente como una nariz en una cara, no admite discusión porque si la admitiera ya sería pues a mi me pone y no sería la tía buena. Una tía buena pone de acuerdo a todo dios. Monica Belucci es la tia buena por antonomasia, nadie discute eso ni falta hacer investigar Monica Belucci es un concepto que se explica a si mismo o que no precisa mayor explicación. Es la Tía Buena.

Sin embargo a Olmos el término le produce comecome, y decide que es menester dedicarle un ensayo, no pensemos que el título es un gancho, sus intenciones, ya decimos, son honestas. Para justificarse nos cuenta que acaba de separarse, está en la recta final de los cuarenta y ha llegado el momento de plantearse cosas. Publicado en 2023 uno puede preguntarse si no hay otros temas de mayor enjundia a que dedicar un estudio «filosófico», pero su elección ha sido esta, y se respeta. Por supuesto, al tratarse de algo tan básico la cosa tiene su riesgo, el concepto es de acceso universal (cualquiera tiene una noción de que es una tia buena y lo peor, no va a variar gran cosa entre el genero masculino) y segundo, no deja de ser algo frívolo para un tio que tiene columnas literarias, esa es un poco la osadía.

El comienzo de Olmos es citarse con mujeres que él considera tias buenas, esto también tendría su aquel, cómo sabemos que son tias buenas sin verlas, hemos de confiar en su palabra y su criterio, Olmos nos dice que cambia nombres y circunstancias, para que su círculo no las identifique, al menos de inmediato. La primera por ejemplo ya no es una tia buena, nos dice que siempre ha sido discreta hasta que ya en su madurez comenzó a vestirse de manera llamativa, es decir, no es una tía buena porque nunca fue una tía buena, aunque ahora sea atractiva, eso como ser rico de cuna o hacerse rico, nada tiene que ver.

Olmos hace un estudio de campo que realmente no conduce a nada, salvo a hacernos pensar que es un subterfugio para quedar con chatis que él considera buenas y/o tener un tema que desmenuzar o que le sirva de excusa mientras encuentra pick up lines vigentes y en funcionamiento. En esta fase de entrevistas personales Olmos Woodyallea un poco, con las consabidas diferencias de nivel, Allen está en otra división, pero vienen a ser las mismas preocupaciones, desde la misma posición y me cuesta no encontrar paralelismos aunque ciertamente no hay gracia o porpósito humorístico evidente al menos.

Concluida su investigación de campo, pasa al tema filológico como ya hiciera con lo cutre, y trata de rastrear el origen de la expresión, pero para su desgracia es bastate vulgar como para haber sido acuñada por el ingenio de un autor. Nos saca textos donde aparece ya a comienzo de siglo, pero ya decimos, como no es el mayor hallazgo ni la elaboración más compleja de la lengua castellana pues cuesta encontrarle sentido a esta investigación filológica.

De ahí salta un poco al tema histórico, los griegos, y todo eso hasta los tiempos modernos, la emancipación de la mujer, la sexualización, Naomi Wolf, mucho Naomi Wolf y algo de dispersión, que es atractivo, sexy, tia buena. Esta parte se atraganta algo y abusa un poco de una bibliografía algo plumbea que bueno, tampoco se si está metida un poco a capón.

Para el final Olmos se sumerge en el proceloso mundo de Instagram, que no todo va a ser Naomi Wolf, para continuar sus pesquisas, a ver tio, no te sientas culpable, te acabas de separar, instalate el insta, el tinder y prueba cosas Olmos, no hace falta darle un armazón intelectual por si te pillan.

Concluida la función supongo que adolece un poco de lo mismo que el de Vidas baratas. Lo cutre o las tias buenas no son cuestiones que den para un ensayo, a mi entender. Comienza más o menos bien, pero la llama se apaga pronto, ahi sigue el mismo guión, filologia, historia y un poco de desbarre para disimular que la cuestión inicial no admitía mucho estudio. Ciertamente Olmos no es el primero que se plantea estas cuestiones (Cartarescu , porque nos gustan las mujeres recuerdo ahora mismo pero habré muchos más) ni será el útimo en tratar de racionalizar el impulso sexual másculino y la atracción por el femenino, al menos para distinguirse de Juanma, el del carglass, al que le pone palote la misma que a ti y en similares términos.

Pero la función te deja un poco con el culo torcido y no sabes si el autor ha conseguido dilucidar o arrojar algo de luz a las cuestiones que le hicieron plantearse el tema del libro para él y para el lector interesado, y si sus hallazgos no son, bueno, no eran obviedades desde el inicio o prejuicios y conclusiones indemostrables. Por ejemplo, la tia buena es la que destaca en un momento dado y grupo concreto. Pues si Olmos, la tía buena es tía buena desde siempre y todo el mundo puede verlo, pero luego cada grupo social más o menos estable tiene una mujer a la que se le da el rol de tia buena, que igual en otro grupo no es la tía buena, como en toda oficina o clase está el pelota, el gracioso, el tajas, el cuñao. Si, en las sociedades recientes se ha mercantilizado el cuerpo, el femenino y el masculino. Si, las mujeres tradicionalmente se cuidan más y hay una industria que las empuja a ello. Si, el ideal del hombre es el éxito y el poder económico y no ser un fucking mileurista y el de la mujer ser atractiva y luego empoderada. Si, el hombre tiene impulsos biológicos innegables, naturales, porque bueno, es la naturaleza malamente moldeada a través de siglos de civilización y tantas y tantas otras cuestiones que me parecen más apropiadas de conversaciones de adolescentes que de un ensayo.

Olmos, no te sientas culpable, tu semen aún es de fuerza, no hay que sentirse culpable por experimentar atracción por las turgencias y los cuerpos prietos, y tratar de darle un armazón intelectual para dormir tranquilo, disfruta de la soltería o búscate algo estable, asi como vayas viendo, pero no te mortifiques por ser un hombre hetero normal en su madurez.

Written by Anónimo

junio 12, 2024 at 3:08 pm