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¿Se puede crear un lector?

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Asistía (como testigo) a una de esas conversaciones de X dónde docentes y gente aplicada criticaba la selección de libros en la etapa formativa calificándolo de desmotivador y desincentivador a la hora de crear lectores.

Un matiz importante que se pasó por alto es el cambio de paradigma experimentado por la educación, cambio no menor y que explica un poco todo. Uno no aprendia integrales para despertar un interés por la matemática, ni te enseñaban la química del carbono para descubrir al químico que un infante lleva dentro y corrieses a recuperar el quimicefa del desván para desarrollar una bomba química. Tampoco te lo cascaban por el motivo contrario, apartarte de las disciplinas matemáticas o químicas, te lo enseñaban porque forman parte de lo que se consideraba en el programa que debías aprender como parte de la disciplina, lo cual tenía cierta lógica. Del mismo modo se programaba a Delibes o Unamuno por motivos análogos, se consideraban lecturas básicas desde el punto de vista literario y cultural, y admitiendo que igual Unamuno para un adolescente no es, no dejaban ser libros de 200 páginas a lo sumo con tiempo más que sobrado.

El hábito lector habría que cultivarlo antes, en las escuelas, sin que uno tenga que fiar mucho a que pueda desarrollarse. En la escuela había crios que leían y crios que preferían masticar cardos a agarrar un libro. Lo suyo por tanto no es tanto tratar de crear un hábito, sino identificar a los lectores, a los potenciales lectores, y tratar de hacerselo ameno a los que la letra escrita no.

Llegados al Bup en Primero tenías Lengua y literatura, aunque se daba lengua, y en segundo Lengua y literatura aunque se daba fundamentalmente literatura, comentario de texto y esas cosas que ibas a necesitar en tercero. En nuestro caso el primer día, el profesor de lengua, Cipri, pidió que llenaramos una cuartilla con un fragmento de un libro de nuestra elección. Ufano de mi copié el epílogo de El nombre de la rosa, desde «La biblioteca ardió durante varios días…», eso en una cuartilla no entraba y apeguñé como pude la letra. Pensaba haberme cubierto de gloria por optar por un libro de mayores, pero el Cipri me regañó y amenazó con pasarme la factura del optico por haberle subido una dioptría. Después teníamos que leer un libro de nuestra elección y ahí me resarcí un poco, opté por el Relato de un Naufrago de García Marquez también para tirarme el pisto, porque lo había leido en verano. ,Cipri, sin personalizar, si que dijo que obras aunque fuera menores de escritores consagrados era lo que ya debíamos leer, porque bueno, muchos habían tirado a la serie barco de vapor naranja muy naranja, por no decir azul, y ya eramos bachilleres y ser bachiller, otro cambio de paradigma que hoy nos resulta anacrónico, era algo.
leer-es-un-modo-de-entretenimiento-y-conocimiento-que-desde-hace-tiempo-convive-y-compite-contra-otras-formas-de-ocio-e-informacion
Con las 30 cuartillas y elecciones de los 30 alumnos el amigo Cipri se hacía una composición perfecta de lugar de la remesa que le llegaba y cómo le llegaba. No más de cinco leíamos de manera habitual, pero eso tampoco quiere decir que leyesemos cosas similiares, alguno con cara de viejo hijo de guardia civil salió con Asimov o Simenon, cosas que no he leído en mi puta vida. Otros tiraban con Caballo de troya o el libro del mes del círculo de lectores. En cualquier caso y de poderlo contrastar con datos sobre la edad escolar apostaría a que las variaciones en cuanto habitos lectores que encontraríamos serían mínimas.

En segundo de Bup (un cuarto de la ESO) la cosa se animaba, se leían Las ratas de Delibes, La cripta de Mendoza, La tia Tula de Unamuno y los repetidores podían leer la crónica de una muerte anunciada etcetc. Ahí se acababa un poco el tema si optabas por ciencias, yo al menos no llegué a tercero donde si que aguardaban los clásicos que, según el hilo de twitter, mataba el interés lector. Pero estando de acuerdo en que los 15 igual no son para cascarse el Quijote integro a capón, pero si vas por letras vas por letras, sino haber elegido muerte. Tampoco creo que hablemos de experiencias traumáticas, a esa edad uno no se traumatiza nadie por leer algo que no te gusta, se pasa el trago y listo. Si una cosa te enseña la escuela y el instituto es a hacer y aprender cosas que no te interesan bajo el razonamiento de que alguna encontrarás que te guste, algo que a veces sucede pero no se si las suficientes como para justificarlo.

Pero descartando a quienes ya leían, y a quienes no lo harán, esto es, los extremos, si nos quedamos con el grueso de la clase, pongamos que 20, que supongo son el objeto de deseo de quienes desean promover el vicio lector. ¿Se pueden fabricar lectores de la mayoría silenciosa? Aqui es donde hablaban de trabajarse el futuro lector a través de lecturas anzuelo y las lecturas libres

Alguno proponía que darles el Hobbit, o dejarles elegir sus lecturas crearía lectores. Por supuesto si te dan el Hobbit te entretendrá más, a priori, que La tia Tula o el San Manuel Bueno y Martir, y puede que igual te guste, y tires por El señor de los anillos, pero eso implica una cosa, para mantener el interés alguién te tiene que ir dando drogaína lectora de manera constante. Considerando que tendrás muchachos con diferentes gustos, personalidades y desarrollos esa estrategia es a largo plazo inviable, lado llega un punto que o bien se ha desarrollado la autonomía lectora, esto es, el crio busca mierda que le gusta o simplemente, adios muy buenas. Porque a la hora de crear lectores lo que tienes que desarrollar no es el hábito en si que sin duda se puede hacer más accesible con contenidos «amables», sino la autonomía, y eso se me antoja muy jodido. Visto de otra manera, Harry Potter creó millones de crios leyendo libros de envergadura considerable, pero acabadas las aventuras de Potter, sin nadie que les dijese, ahora viene Tolkien, esa masa simplemente se desinfló, crear hábito es más o menos accesible, convertirlo en algo autónomo no.

Con esto tampoco quiero reducir esto a una cuestión determinista, y menos elitista. En mi caso yo leía libros porque me entretenía, pero no porque me lo dijese nadie, ni nadie me recomendase nada en absoluto, fue un camino solitario de hallazgos casuales, autores que te llevan a otros, prueba error y todo eso, recomendé libros a otros amiguetes, algunos los leyeron, algunos les gustaron pero en algún punto dejaron de leer y yo seguí, en un camino nada líneal. Ahora mismo a veces leo mucho, a veces nada (leería más si encontrar cosas no fuese un dolor).

Leer, eso no se discute, es beneficioso para los crios desde muchos puntos de vista formativos, y es comprensible que quieras compartir algo que a ti te resulta placentero y enriquecedor y que encima es cojonudo para la conformación de tu vida adulta, pero por otro lado, que no lean o no sean lectores habituales tampoco quiere decir que no tengan acceso a artefactos narrativos y de ficción extensos y ricos nada desdeñables a los que nosotros no tuvimos acceso, como los videojuegos.

Supongo que esta bien proponer cosas accesibles y amables a los chavales, pero pensar que eso va a crear una masa significativa de lectores, honestamente, no lo veo factible, me resultaría más interesante enseñar otras cosas a través de la literatura, pero eso supongo que eso ya es otra historia.

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